El diplomático sueco Raoul Wallenberg trabajaba en Budapest en la época del apogeo de la llamada 'Solución final' de Hitler y fue testigo de cómo los judíos eran obligados a subir a los trenes que los conducían a los campos de concentración. Sin embargo, Raoul Wallenberg, a diferencia de muchas otras personas, se negó a quedarse sentado. Procurando salvoconductos suecos, este diplomático libró de una muerte segura a más de cien mil personas, antes de su misteriosa desaparición en 1945....