Cada vez es más difícil asistir a un ojeo de perdices totalmente salvajes. El negocio de la caza y un sinfín de diferentes aspectos han llevado a que la inmensa mayoría de ojeos se realicen con perdices producidas en las conocidas granjas cinegéticas.Las Ensanchas es una de las excepciones que confirman la regla. Sus propietarios, a pesar del lógico perjuicio económico, siguen fieles a la brava y cada vez más escasa perdiz silvestre.La bravura de la perdiz roja, cazada en ojeos llanos, tiene...